Este es un plato que los españoles relacionamos con nuestra casa, con sabores conocidos y entrañables. Desde un punto de vista culinario la tortilla de patatas no es una receta de gran originalidad. Una tortilla es una tortilla se la mire por donde se la mire, la nuestra lleva patatas cortadas en rodajas que se fríen en buen aceite. Pero ¡cuántas un veces un español que viaja por el extranjero habrá añorado una tortilla de patatas!
La tortilla de patatas se prepara en casa y se toma para almorzar o para cenar, pero también en los bares en forma de pinchos, es decir, en porciones pequeñas sobre una base de pan. Cuando vamos de excursión al campo llevamos tortilla de patatas, también a la playa; en este último caso, se come casi siempre con algún grano de arena rebelde.
A pesar de la simplicidad, este plato también tiene un espacio para la polémica: ¿debe llevar cebolla frita la tradicional tortilla de patatas? Muchos la añaden, otros consideran esto un sacrilegio. Para gustos colores.
Ingredientes (para 3 personas)
500 g de patata, aceite de oliva, sal y 4 huevos.
Preparación
- Se pelan las patatas y se dejan en remojo para que no se vuelvan negras. Se cortan las patatas en rodajas muy finas.
- En abundante aceite caliente se fríen las patatas con un poco de sal. Cuando las patatas ya están blandas, las retiramos del fuego, las escurrimos y las aplastamos con un tenedor.
- Se cascan los huevos y se baten con un poco de sal.
- Se mezcla el puré de patatas y los huevos batidos en un bol grande.
- Se pone la sartén al fuego con un poco de aceite y, cuando este está muy caliente, se vierte la mezcla de huevos y puré.
- Primero, sin timidez, se remueve la mezcla con un tenedor (así la tortilla no quedará cruda por dentro) y después se reparte uniformemente el huevo semicuajado por la superficie de la sartén. Ahora ya no podemos remover más, a fuego moderado haremos cuajar del todo el huevo en contacto directo con la sartén.
- Con la ayuda de un plato se gira la tortilla; se deja que el huevo cuaje por ese lado y listo. La tortilla puede comerse caliente o fría.