Los españoles somos, por un lado, personas sociables y abiertas y, por otro, divertidas y alegres… o por lo menos eso dice el tópico.
La timidez es comprendida y puede llamarse a alguien tímido sin ofenderlo; sin embargo, cuando la timidez es excesiva y lleva a las personas a recluirse en sí mismas y a evitar el trato con otros, se usan los adjetivos arisco o huraño , que son ciertamente negativos.
Él es muy arisco: si alguien se interesa por sus cosas, lo corta con brusquedad y se va.
En lo alto de la montaña vive un viejo huraño con su perro y sus cabras.
La falta de chispa y de alegría vital se califica con el adjetivo soso del registro popular.
Hijo, ¡qué soso eres! No sabes bailar, no sabes contar chistes, no te gusta salir…
Quien no sabe divertirse es aburri(d)o , un muermo popular, un sepia popular, un palo o un coñazo vulgar.
¡Qué hombre tan aburrido!, solo ve la tele y va al fútbol.