Existen diversas maneras de reaccionar a un insulto:
1 Devolver la pelota. En este caso se puede responder con el mismo insulto:
–Eres tonto.
—Pues anda que tú.
–Eres tonto.
—Y tú más.
2 O recurrir a un insulto de mayor intensidad.
–Eres tonto.
—Y tú un hijo de puta.
3 Una maldición también da mayor intensidad
–Eres tonto.
—Vete a la mierda.
Véase Maldiciones
4 Mostrar indiferencia. El mayor triunfo de quien nos insulta es comprobar que nos ha ofendido y a veces la indiferencia es una buena arma.
5 Demostrar que se controla la situación tocando el punto débil del adversario, a veces anulando el crédito del otro o ridiculizándolo. En este caso es necesario ser agudo y tener malas pulgas.
–Hijo de puta.
—En mi caso es un accidente.