Para referirse a la maldad en el registro popular existen: ser de la piel de Barrabás , ser mala gente , ser mala persona , ser un buena pieza (dicho con ironía), ser un mal bicho , ser un tábano , ser un tabanaco o tener mal corazón , aunque ciertamente no son tan contundentes como los calificativos referidos a la traición.
Este niño es de la piel de Barrabás, me ha escupido y me ha dado una patada.
En el registro estándar puede utilizarse el adjetivo malo, que a veces resulta demasiado infantil o inocente.
Eres un niño malo, se lo voy a decir a mi mamá.
Otras veces no tanto.
Eres malo: te gusta hacer daño a los demás.
El deseo de hacer daño, es decir, la inclinación al mal puede expresarse mediante dos adjetivos del registro formal: malvado y malévolo , aunque se usan poco.
El ogro miró a los niños con una sonrisa malévola. teatral
Ese deseo maligno en el registro popular encuentra la forma verbal tener mala fe .
Tiene mala fe; ha dicho eso para hacerte daño.
Los adjetivos despreciable , miserable , ruin y vil , también se refieren a la maldad que alguien demuestra, pero asociada a cobardía, falsedad, servilismo, ingratitud y, en general, a falta de nobleza. Ahora bien, todos estos adjetivos pertenecen al registro formal. En el registro popular y estándar es más habitual recurrir a los términos reservados para la traición.
Te aprovechaste de ella porque estaba pasando un mal momento; eres un ser vil y merecerías que te aplastasen como a una cucaracha. teatral
Miserable también puede ser un nombre, y, por tanto, actuar como insulto directo.
Te voy a partir el alma, ¡miserable! teatral
Canalla y bellaco solo actúan como nombres, significan lo mismo que miserable y, al igual que este, pueden utilizarse como insulto directo. Sin embargo son más enérgicos y teatrales que miserable.
Ven aquí, ¡canalla! y da la cara.
Indeseable es un adjetivo y nombre también referido a las “cualidades” expuestas en los párrafos anteriores; sin embargo, aquí puede añadirse el significado de “cuyo trato o proximidad no es recomendable”.
En este bar tenemos reservado el derecho de admisión y no nos gustan los indeseables como tú.
La crueldad es un tipo de maldad, consiste en hacer sufrir a otros o en presenciar el padecimiento de otros, con complacencia. El adjetivo cruel califica a estas personas más que insultarlas:
Los niños pueden ser muy crueles: yo de pequeña me divertía arrancando las alas a las mariposas.
En el registro popular puede escucharse no tener corazón .
¿No tienes corazón? Ayúdalo, es tu propio hijo. teatral
A los que demuestran falta de compasión con los que sufren podemos llamarlos despiadados, pero este adjetivo es muy formal y no se siente como un insulto.
Es un ser despiadado: mandó asesinar a un hombre porque lo traicionó. teatral
A las personas realmente crueles y despiadadas es difícil insultarlas con tristes expresiones, las referidas a la traición son más enérgicas.
Lo has matado, ¡hijo de puta!