Un sentimiento próximo al disgusto es la indignación, que muchas veces se expresa con formas vulgares: ¡Tiene cojones (la cosa)! vulgar, ¡Manda cojones! vulgar, ¡Manda huevos! vulgar, ¿Qué hostia? vulgar, ¡Tócate los cojones! vulgar, ¡Tócate los huevos! vulgar, ¡Tócate las narices! eufemismo, ¡No te digo! popular, ¡Nos ha jodi(d)o! popular, ¡Anda que no! popular, ¡Tiene tarea (la cosa)! popular, ¡Tiene tela (la cosa)! popular, ¡Vaya tela! popular.
¿Qué hostia? Eso no es trabajo mío, que lo haga él.
¡Le pega a un niño de tres años, manda cojones!
¡A mí no me han dicho nada, tiene tela la cosa!