Cagar

Con el verbo cagarse en algo o en alguien vulgar se expresa enfado de una forma sonora y rotunda. A veces sin la intención de ofender a otras personas:

¡(Me) cago en to(do)!

¡(Me) cago en la puta!

¡(Me) cago en la leche!

¡(Me) cago en la hostia!

¡(Me) cago en la hostia puta!

Otras veces, existe la intención de ofender a otro; en este sentido recuerdan a las maldiciones.

¡(Me) cago en tu puta madre!

¡(Me) cago en la puta que lo parió!

¡(Me) cago en el Dios que te menea!

Como hemos visto, la ofensa puede referirse a otras personas, pero no siempre: a veces la ofensa o el daño se dirige a uno mismo: ¡me cago en mi estampa!, ¡me cago en mi madre!, ¡me cago en mi padre!, ¡me cago en Dios!, ¡me cago en san Dios!, ¡me cago en la Virgen!, ¡me cago en la hostia!, ¡me cago en el copón! y ¡me cago en mis muertos! El mal deseo revierte sobre el que habla: ofender a Dios (o a la Virgen) es enemistarse con él y atraer efectos negativos; lo mismo puede decirse de la ofensa a los padres o a los antepasados, a los que se debe respeto y cariño.
¡Me cago en Dios! suele obtener como respuesta:

No te cagues tan alto que todo lo que sube tiene que bajar.

Muchas veces escuchamos:

¡Me cago en tu madre!

¡(Me cago en) la madre que te parió!

Y quien pronuncia estas palabras es la madre que, harta o enfadada, se dirige a su propio hijo. En cambio, Me cago en tu puta madre es más difícil escucharlo en boca de la propia madre, es una expresión verdaderamente ofensiva que se dirige a otra persona.

Pero cuidado, entre gitanos decir: ¡me cago en to(d)os tus muertos! no es solo una ofensa muy grave, también es una provocación que desencadena una pelea.

Cuando se tropieza con algo, o algo se rompe, se puede descargar el enfado sobre esa cosa. El verbo cagar sigue siendo útil. Es habitual omitir el pronombre me.

¡(Me) cago en la piedra! vulgar (Al tropezar en una piedra.)

¡(Me) cago en la mesa! vulgar (Al pasar hemos tropezado en el canto de la mesa.)

También con el mismo verbo existen varias fórmulas fijas de carácter eufemístico.

¡(Me) cago en los ratones colora(d)os!

¡(Me) cago en tus muelas!

Este uso de cagar está muy extendido y da pie a fórmulas personales, a veces francamente vulgares:

Me cago en las tetas de la Virgen para que el niño mame mierda.

En zonas rurales pueden escucharse estas fórmulas también eufemísticas:

¡Cago en la!

(= Me cago en la Virgen o me cago en la hostia; suele pronunciarse cagoenlá.)

¡Cago (e)n diez!

(= Me cago en Dios.)

A veces, el eufemismo está en el propio verbo.

¡Me cachis!

¡Me cachis en la mar salada!

Y otra muy sonora y curiosa es:

¡Me cago en San Pedro Pinatar, que está en Murcia!

(Efectivamente, San Pedro del Pinatar es un municipio de la provincia de Murcia, y la fórmula fija incluye la explicación geográfica, de esta forma hay tiempo para descargar el enfado.)