Religión: hostia

La falta de respeto hacia las normas y los símbolos religiosos católicos puede ser ofensiva para creyentes; también hay que decir que las fórmulas que se incluyen a continuación son muy populares y solo ofenden a personas muy estrictas. Antes hemos visto algunas expresiones que nombraban a Dios, la Virgen y a algún santo; todavía nos quedan por analizar diferentes usos de hostia y los juramentos.

Excesivo, por bueno o por malo
Se recurre a un símbolo que representa el cuerpo de Cristo: una hostia (una oblea consagrada). Veamos estos ejemplos:

Tío, eres la hostia, la próxima vez que quieras un lápiz me lo pides. ¡Me lo has desordenado todo! (Con sentido negativo, referido a personas.)

Esto es la hostia: me roban el coche y policía, en vez de hacerme caso, me dice que soy tonto por aparcarlo ahí. (Con sentido negativo, referido a un hecho.)

Mi perro es la hostia: te ve entrar en casa y te trae las zapatillas. (Con sentido positivo, referido a un ser vivo.)

Este coche es la hostia: puede coger 250 km/hora. (Con sentido positivo, referido a una cosa.)

Hostia se puede referir a personas, animales, cosas, situaciones… tanto muy buenas como muy malas. Existen formas similares en otros registros: ser la repanocha popular o ser tremendo. Una forma más eufórica, y siempre con sentido positivo, es ser la hostia en patinete.

Mi perro es la hostia en patinete.

Muy, muchos
La hostia de seguido de un adjetivo significa a muy. En el registro popular encontramos otras expresiones similares: la mar de + adjetivo, tela de + adjetivo o mazo de + adjetivo.

Su hijo es muy listo.
Su hijo es la hostia de listo.
Su hijo es la mar de listo.
Su hijo es tela de listo.
Su hijo es mazo de listo.

Estas construcciones también funcionan con nombres y equivaldrían a muchos:

María tiene la hostia de problemas.
María tiene mazo de problemas.

Bofetón
Hostia también es una forma popular de referirse a un bofetón. Las hostias, o los bofetones, se pegan o se dan a alguien, además las hostia se meten:

Te voy a dar una hostia.

Te pego una hostia como no te calles.

¡A que te meto (una hostia)!

También disponemos de: una bofetada, un bofetón; una torta, un tortazo, un guantazo, un sopapo, una guanta(da) (en el registro popular); y la forma vulgar una leche. Todos ellos usados con dar opegar.

Estaba histérica, le di una bofetada y se calmó.

Golpes accidentales
Cuando, accidentalmente, nos damos un golpe, así podemos expresarlo: me he caído y me ha dado un golpe en el brazo; sin embargo, es más usual dramatizar la situación y recurrir a formas más enfáticas del registro popular: darse un trompazo en algún sitio popular y pegarse / darse una hostia en algún sitio vulgar, si se quiere mencionar el lugar que ha recibido el golpe.

Me he dado un golpe en la pierna.
Me he dado una hostia en la pierna.

También, en el registro popular, pero sin mención del lugar que recibe el golpe: pegarse / darse un tortazo, pegarse / darse un guarrazo, darse un batacazo, y las formas vulgares darse una leche opegarse / darse una hostia.

¡Vaya batacazo que me pegué el otro día al bajar del autobús!
¡Vaya hostia que me pegué el otro día al bajar del autobús!

Cortar un discurso
Para cortar el discurso de alguien se usa ni + nombre + ni hostias; el nombre puede ser un vocativo:

–Papá, es que yo no sabía…
–¡Ni papá ni hostias, vete a tu cuarto!

O el tema del que se trata:

–¿Puedo ir al parque? ¿puedo ir al parque? ¿puedo ir al parque?…
Ni parque ni hostias, ya sabes que estás castigado.

En cualquier caso, es una forma contundente de hacer callar a alguien o de responder negativamente a una petición.