¿Qué es un vulgarismo?

El español, como todas las lenguas, dispone de formas vulgares para referirse a algunos conceptos; muchas de estas formas han aparecido en los capítulos anteriores de este manual. Sin embargo, las formas vulgares no se agotan en los insultos, las maldiciones y los votos, y en los apartados siguientes las presentamos ordenadas en estas categorías: la sorpresa, la negación, las muletillas, el sexo masculino, el sexo femenino, joder, escatología y religión.
¿Por qué usamos términos vulgares?

  • Por ignorancia. Muchas personas tienen un vocabulario pobre.
  • Porque resultan contundentes y enérgicos, y en algunas situaciones hay que demostrar energía o fortaleza: cuando se está enfadado, en desafíos, para despreciar a otros, para demostrar liderazgo…
  • Para distender y relajar el ambiente. El lenguaje vulgar puede servir para que dos o más personas hablen de igual a igual. En este sentido, puede ser un recurso para acercarse a personas que no conocemos.

En cualquier caso, un estudiante de español como lengua extranjera debe conocer las formas vulgares y la intención de los hablantes al usarlas, pero no deben utilizarlas de forma activa porque si no se domina el tono o el matiz de cada una de ellas puede conseguirse un efecto contrario al deseado.